Unir aquello que es impensable, deleitarse con absurdas e infames combinaciones de animales y texturas, inventar y dar nombre a nuevas seres, de eso va este post.
A lo largo de diferentes talleres he ido variando técnicas, materiales y dinámicas para experimentar y jugar a la mezcladora de criaturas. En este post hay ejemplos de talleres en el Colegio Ártica, en la feria de Libros Mutantes 2015, la galería Mad is Mad y el espacio de La Morada en Arganzuela.
Cadáver exquisito
Una buena forma de calentar es utilizar la técnica surrealista por excelencia: el cadáver exquisito.
Nos sentamos en círculo, cada quien con una hoja y un rotulador. El ejercicio consiste en dibujar el cuerpo de algún animal, o parte de él. El tiempo deber ser limitado, un minuto por ejemplo. Al concluir el tiempo anuncio "cambio" y nos intercambiamos el dibujo con el compañero de la derecha. Tenemos otro minuto para completar el animal hasta que vuelva a anunciarse el cambio. Poco a poco los bichos van creciendo y haciéndose más complejos. A veces los niños no saben qué más poner. Otra cabeza, más ojos, dientes, uñas, alas y tentáculos, otro par de patas o algo humano, voy diciendo en voz alta, por si a alguien le apetece probar. Los dibujos deben seguir circulando hasta que vuelvan al compañero que lo comenzó. Si ya no hay espacio para más partes se pueden trabajar los detalles. ¿Tiene el bicho escamas, plumas, pelo, lunares, rayas o manchas en formas raras?
Así quedan algunas de las mezclas. Yo soy muy partidaria de utilizar materiales definitivos en estos ejercicios porque nos impiden borrar y querer hacerlo todo muy bien. Los rotuladores nos exigen un trazo seguro y final y no liarnos con dudas. Al principio puede costar trabajo, pero poco a poco nos vamos habituando a la velocidad que marca el cronómetro. Una variación es utilizar cada quien un color diferente. Así quedan más vivos los bichos y podemos ver que los detalles vienen de diferentes autores. Hacer este ejercicio unas cuantas veces al inicio de la clase viene muy bien para despejarnos, reírnos y ensayar cosas sin pensárnoslo mucho.
Combinatoria
El libro de referencia a la hora de combinar con arte y maestría todo tipo de animales: El Animalario Universal del Profesor Revillod, de Javier Sáez Castán y Miguel Murugarren, editado por el Fondo de Cultura Económica de México. En los talleres nos encanta leer y releer este fabuloso libro, sin importar la edad ni la hora del día.
Además de las increíbles ilustraciones, algo que me parece que funciona muy muy bien en este libro es que dan ganas de leer en voz alta el nombre de cada combinación. Tenemos por una parte las sílabas del nombre específico del animal, y por otra parte anotaciones y características de lo que hace o de dónde viene. Los niños se apropian inmediatamente de este sistema para sus propias creaciones, lo que siempre da muchísimo juego.
El Animalario con sus cuidadosos acabados nos traslada a otro tiempo y espacio con esa estética antigua al modo de las láminas de grabados que ilustraban las noticias y libros de viajes y descubrimientos del siglo XIX. Podríamos pensar que verdaderamente existían estas criaturas pero ahora están extintas, por qué no.
Para darle un giro actual al asunto se pueden utilizar también este otro tipo de imágenes de animales photoshopeados que abundan tanto en la red. El punto realista que tienen la verdad da pie a muchísimas risas y expresiones de asombro. Con estas imágenes probamos el juego de los nombres con las sílabas iniciales de los animales y funciona muy bien: Hipogrejo o Canpopótamo, Tibuloma, Aguilozoso...
Para ejercicios más desarrollados podemos basarnos en los resultados de los cadáveres exquisitos o partir de cero. Algunos niños prefieren pensar primero en todos sus animales favoritos y anotarlos para ir agregando las partes ordenadamente.
Estos son algunos ejemplos con rotuladores y lápices sobre cartulinas de color.
Y estos otros con temperas sobre cartulinas de color. En el caso del Superjira, el nombre es tan pero tan largo que le pusimos un nombre corto de cariño para los amigos.
Alebrijes
Un punto más elaborado aún es agregar a la ecuación el tema de las texturas. Me gusta mucho compartir estas imágenes de Alebrijes, un tipo de artesanía bastante alucinante de México. Si bien estos seres suelen ser tridimensionales (hechos en papel maché o tallados en madera) funcionan maravillosamente como inspiración para versiones en dibujo. Los colores brillantes, a veces fosforescentes, así como los cuidadosos detalles en los motivos y texturas de cada parte del cuerpo crean combinaciones increíbles.
Collage
Para aquellos con más paciencia puede ir muy bien hacer tranquilamente los detallitos a mano, pero también podemos utilizar papeles que tengan estampados y calidades diferentes: papeles mate, fosforescentes, con brillo y estampados, lisos o aterciopelados.
Podemos tener un boceto general del animal y después ir confeccionando las partes. Las recortamos, las disponemos sobre el soporte y cuando estamos seguros las pegamos. Se pueden poner acabados y detalles extra con rotuladores.
Plantillas
Con motivo de la exposición Mad, un pequeño gran planeta II, en la que participé junto con varios ilustradores, preparé un pequeño taller que se basaba en mi serie de Animalísimos. Las piezas en la exposición eran pintura sobre bastidores de tela. Los visitantes podían ver y tocar los bastidores y combinarlos a su gusto. Para el taller hice siluetas de mis animales que después convertí en plantillas de papel.
Por el suelo coloqué mitades de todos los animales revueltos. Los niños podían pasearse y tomar cuantos quisieran para recortarlos. Los unimos con encuadernadores y pusimos los detalles con rotuladores Posca, especiales especialmente buenos para pintar sobre colores oscuros ya que dejan bastan pigmento.
Esta actividad funciona muy bien y sobre todo con familias. En varios casos los padres se pusieron a jugar también con sus hijos para hacer los animales juntos o incluso para hacerlos para sí mismos. Los animales quedan muy bien articulados y por supuesto, antes de salir les ponemos su nombre específico.
Hay muchas otras ideas que quedan por probar. Utilizar fotografías, nuevos materiales, llevarlo a las tres dimensiones, etc. Pero por ahora eso es todo para este post. Espero que se animen en casa a probar alguna de estas ideas y compartan cómo quedan sus bichos.
Me despido junto con este Coco Real hambriento de deliciosas criaturas mezcladas. ¡Provecho!