Empezamos la clase un poco a oscuras y con una pequeña bombilla encendida sobre la mesa.
¿Cómo se mezclan los colores?
Con esta pregunta comenzamos el segundo ejercicio del taller. ¡Muy fácil, juntas pintura de un color con más pintura de otro color! , respondieron los niños.
Pero, ¿existen otras formas de mezclar los colores sin usar pintura?
Les mostré un papel que tenía muchos recortes de colores pegados unos sobre otros. Lo puse sobre la bombilla y... ¡Ohhhhhhh! ¡Qué bonito! Al momento vimos cómo la intensidad de los colores cambiaba y cómo colores que no veíamos antes se revelaban a contraluz creando una apariencia muy diferente e inesperada
Vamos a probar cómo diferentes tipos de papel pueden dejarnos ver la luz a través de ellos y cómo se combinan de esta forma los colores entre sí. Esta propiedad de dejar o no pasar la luz se llama opacidad. Hay materiales que son totalmente transparentes, otros semi transparentes y otros opacos que no dejan pasar nada. Lo primero que vamos a hacer es recortar pedacitos unos sobre otros y ver qué pasa al colocarlos a contraluz. ¡Comenzamos!
Estos otros ejemplos tienen una mezcla de colores mínima para apreciarse a contraluz. Pero qué interesantes diseños. Paisajes, personas y composiciones abstractas.
Hasta aquí llevábamos unas dos clases y media. Entonces agregamos el elemento simétrico. En mi ejemplo había puesto varias figuras de este tipo y muchos niños querían probar a hacerlo también. Estas estructuras, que los niños prefieren llamar copos de nieve, pueden tener varios grados de complejidad. Desde un cuadrado doblado en 4 con unos cortes mínimos, hasta intrincadas figuras con hasta 16 divisiones.
Comenzamos con el papel crepé o crespón por sus colores tan vivos, pero resultaba muy complicado en ocasiones, así que nos pasamos la mayoría al papel normal de oficina. Hicimos muchísimos intentos diferentes y los que más nos gustaban los guardábamos para pegarlos en el ejercicio final.
Aquí algunos ejemplos de las simetrías de papel sobre fondo negro. Increíble cómo algo tan sencillo y de un material tan cotidiano se transforma con tanta elegancia. Y nunca deja de sorprender el momento en que desdoblamos el papel y vemos la figura que ha resultado.
La idea del ejercicio final era juntar los recortes e ideas que más nos interesaran en base a los experimentos de las clases anteriores. Con ello haríamos sobre un papel normal en A3 un diseño que al verse a contraluz, en la oscuridad pudiera ser como la pantalla de una lámpara. ¿El resultado? Muy variado. Algunos consiguieron hacer la lámpara, otro hicieron diseño muy bonito pero no especialmente para verse a contraluz, otros usaron muchas clases para encimar papelitos y sobre todo para probar con las simetrías.
Hacia la mitad de estos ejercicios pensé que había sido un poco desastroso el experimento de un ejercicio tan abierto con estos materiales. La reacción tan tan diferente en los niños, ya fuera por su personalidad o por la diferencia de edades me tomó desprevenida. Pero luego me di cuenta de que avanzaban las semanas, y en los grupos de 6 a 12 años, NADIE quería acabar el ejercicio. Siempre habían cosas que probar, que modificar, que ensayar. Considerando la cantidad de tiempo que estuvimos en ello, no hubo muchos resultados del tipo "oh, mostrémoslo a nuestros padres que les va a encantar". De hecho una parte muy grande creo que acabó en la basura. Y sin embargo los niños estaban interesados, concentrados en sus propios trabajos y contentos. Así que de alguna forma, podría decirse que fue un éxito. Todos aprendimos mucho en el camino. Espero poder repetir esta clase y quizá adaptarla un poco según las edades, pero en general, creo que fue exactamente como pienso que debe ser un proceso de investigación plástica.
Observaciones para llevar a cabo estos ejercicios:
Para ver mejor los resultados es conveniente tener un espacio oscuro o la posibilidad de modular la luz.
Para el experimento a contraluz hay que utilizar fuentes de luz que no se calienten. Las bombillas grandes LED (no de ambientación) son perfectas para ello, puedes tenerlas horas encendidas y si las tocas no hay riesgos. También se pueden utilizar mesas de luz, aunque suelen ser más caras, pero pueden construirse de forma casera.
En general los niños olvidan que para que el diseño sea interesante en la oscuridad hay que comprobar durante el proceso cómo se ve a contraluz lo que van haciendo. Por eso a menudo el resultado es estéticamente bueno a la luz normal pero a contraluz desaparecen elementos importantes y hay pocas mezclas y cambios de color. Hay que animarlos a probar constantemente a contraluz durante la clase.
Para los más pequeños (3-6) o desesperados, recortar el papel crepé o crespón resulta muy complicado, es un papel que se arruga mucho y para hacer cortes limpios hay que tener pulso firme y decidido. Para ellos es mejor animarles a hacer pruebas abstractas o buscar crear formas uniendo muchos trozos. En vez de utilizar tijeras Pueden "recortar" con las manos el papel en trocitos o tiras.
El tema del pegamento. Parece una tontería, pero puede ser una gran diferencia en la comodidad al trabajar y en la limpieza de los trabajos. Funciona mejor usar pegamento en barra, es muy poco húmedo y puedes poner varias capas sin problema. No hay que aplicarlo sobre los papelitos y luego pegarlos. Enseguida tienes los dedos pegajoso y todo se te pega. Es más controlable si pones un poco de pegamento en barra en el área del soporte donde vas a pegar algo, colocas el trozo y lo extiendes bien con los dedos.
Hacer los motivos geométricos o simetrías puede o no funcionar, independientemente de la edad. Hay niños muy pequeños, acostumbrados a hacer guirnaldas que lo tienen muy claro. Hay otros que no y se frustran bastante. Es bueno tener muchos moldes y ejemplos para que puedan tenerlos a mano y calcarlos si lo necesitan. Para los que quieren aprender a hacerlo solos y aumentar la complejidad de las formas, es mejor si el grupo es muy pequeño y parecido en edades.
Hay varios tipos de papel que permiten jugar con la opacidad y el color en estos ejercicios: El papel de china o seda, es más transparente pero soporta menos la humedad del pegamento blanco o en barra que despinta el papel fácilmente. El papel crepé o crespón es más grueso y opaco. Tiene la ventaja de que los colores a contraluz son mucho más saturados y es más resistente al pegamento, pero puede ser más difícil de cortar por la textura arrugada. Tanto el papel de china como el crepé son muy ligeros y finos, lo que ayuda a la transparencia, pero son frágiles y difíciles de manejar para formas complicadas y bien definidas, y más aún con tijeras escolares que tienen poco filo. El papel albanene o mantequilla es otra opción a considerar. Es firme, lo hay de varios gramajes (grosores) y en algunos sitios puede encontrarse de colores. Como ventaja tiene que es más fácil de controlar. Los colores son muy suaves, lo cual puede funcionar o no según lo que busquemos. El acetato o papel de transparencia como la que se usaba para proyecciones es una opción interesante también. Esta no la he utilizado en clase aún, pero puede imprimirse con impresoras de inyección de tinta caseras y conservar la transparencia. También puede colorearse a mano con tintas o rotuladores. Las desventajas de estos soportes tan transparentes (albanene y acetato) es que se ensucian muy fácilmente y el pegamento se nota debajo. El papel blanco bond o de oficina (70-90 gramos) es una muy buena opción para combinar con otros papeles o solo. Es el que mejor conocemos y manejamos, más barato y accesible para hacer miles de pruebas, y sin complicaciones para recortar y pegar. Eso sí, no funciona de colores, a contraluz es totalmente opaco. Sin embargo, aunque pueda parecer menos emocionante por no tener color, puede funcionar fantásticamente encimando varias capas y logrando blancos a grises y probando con troquelados o agujeros.